domingo, 11 de diciembre de 2011


Quizá viví demasiado tiempo ciega, sin querer ver lo que acontecía a mi alrededor, el vano de las ventanas de mi mente estaba empañado, apenas se veían sombras negras, que inspiraban inocencia, compañía, amistad... a medida que se han sucedido calumnias y mentiras el ardor de mi corazón a ido desempañando ese cristal, y las sombras negras resultaban ser de monstruos. Portaban toda clase de armas para hundir a quiénes veían más vulnerables o a quiénes se les antojaba, como necesidad de hacerse sentir mejor consigo mismos, ¡desgraciados! ¡Vacías vuestras vidas que no os sacian a no ser que destrocéis la de quiénes les va bien! Pero estad tranquilos, que tarde o temprano, a todos nos equilibra la balanza, o al menos mi optimismo me lo dice... aunque el realismo lo contradiga, como dijo Oscar Wilde, "Los buenos terminan victoriosos, y los malos desgraciados, esa es la ficción"... ojalá que se equivoque... ojalá.

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