domingo, 18 de diciembre de 2011

Demencia en la madurez.

Creen quiénes aparentan ser adultos, que la madurez reside en un comportamiento aparente de formalidad, más equivocados no podrían estar, o mejor dicho, más desgraciados no podrían ser, pues intentan adelantar sus vidas, acelerarlas sin darse cuenta de que estos años jamás nos serán devueltos, y que ya tendremos tiempo de comportarnos como gente formal y decente. Esa falsa madurez de la que hacen gala no es más que su propio enemigo, presumir de ser decentes solamente por no hacer locuras y llamar infantiles e inmaduros a quiénes las hacemos es una gran estupidez, entre muchas otras. Presumen de ser geniales, y sin embargo son niños fingiendo un papel que se les está grande, amargados y cascarrabias se quedan, ahí, desaprovechando el tiempo. Mi filosofía de la vida me da otras pautas, más divertidas, más frescas y que me llenan de vida, y estas son, ser demente dentro de la madurez. Hagamos locuras, exprimamos estos años, porque luego no podremos volver atrás.

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