sábado, 4 de febrero de 2012
La pretensión de que todo mi mundo gire en torno a una sola unidad es limitar mi capacidad de soñar, de aprender, de experimentar y de errar. No he nacido para vivir en un mundo empequeñecido, soy ese soplo de aire que va y viene cuando se le antoja, que un día no sopla, que otro lo hace con fuerza, y que a veces no es más que una suave caricia pasajera. Se queja la gente cuando es fuerte y libre, pero cuando es suave resulta genial, porque no molesta y hace lo que se le pida, pero cuando desaparece porque necesita crear ausencia también molesta. Controlar un alma apasionada de la libertad de soplar cuando quiera es el mayor de los errores, no de puede encarcelar a un huracán.
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