jueves, 4 de octubre de 2012
Polos opuestos.
Relaciones, relaciones, parejas, amoríos, como queráis llamarlo. Se suele escuchar de boca de muchas parejas que buscan a alguien que comparta al cien por cien su forma de ver la vida, de ser, sus aficiones, deseos, aspiraciones, etc. No puedo pensar de esas personas nada más que son unas egocéntricas sin límites. Me preguntaréis asustados, seguramente preocupados el porqué de tal afirmación, es muy simple, la búsqueda de alguien igual a ti, no es más que la exteriorización de tu propio yo en otro sexo, o igual, oseasé, tu mismo, en otra persona, alguien igual a ti, en otra mente, pero al fin y al cabo un duplicado de ti mismo. Amor propio sin límites, alguien que sea igual a ti simboliza que tal como ves las cosas y como piensas es la única y absoluta verdad y por tanto necesitas a otro Tú que te respalde esa concepción del mundo. No considero a estas personas inseguras, realmente solo pecan de ego.
Por mi parte una relación lo prefiero ver de otra manera. Lo ideal es que esa otra persona sea prácticamente tu antítesis, tu contrario, no en un punto tan radical que lo odies, sino en ese excitante punto en el que puedes aprender del mundo desde otra forma de verlo, en el que aprendes constantemente cosas diferentes, incluso te llegas a descubrir a ti mismo porque esa persona tan contraria a ti, no durará en decirte francamente la realidad que reflejas, y eso, es algo genial. Siempre se dijo que los polos opuestos se atraen, gran verdad. No hay mayor sensación de atracción o adicción a alguien que se muestra tan diferente a ti, también significa un pozo de dudas constantes, de interrogantes y vueltas de todo, pero eso lo hace aún mejor, porque mientras existan se mantendrá todo más fresco y más dinámico, con algo nuevo que descubrir siempre.
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